esta vivienda situada en la localidad madrilena de Torrelodones supuso un reto y también la oportunidad de disenar un espacio en perfecta armonía con el entorno. El primer desafío fue idear una estructura que se adaptase al solar y aprovechase sus acusadas pendientes para conseguir las mejores vistas y la orientación más favorable. 

Otra de las premisas fue propiciar el ahorro energético mediante ingeniosos recursos: sistemas de ventilación natural que permiten reducir el uso indiscriminado del aire acondicionado, depósitos de almacenaje del agua de lluvia para el riego controlado, calefacción por suelo radiante. generación de agua caliente sanitaria mediante captores de energía solar y la incorporación de la domótica no sólo para incrementar el confort, sino también como herramienta de aprovechamiento energético.

El interior hace gala de una distribución sumamente versátil que se desarrolla en un volumen con dos plantas y diferentes niveles. La planta baja, disenada a modo de galería-mirador desde la que se puede contemplar el jardín y todo el interior de la vivienda, aglutina las estancias principales, espacios que se concatenan y alzan sobre el paisaje como atalayas: hall, cocina, dormitorios, cuartos de bano, despacho, zona de servicio…

Destaca en esta planta el salón, un espacio a doble altura que acoge la zona de estar, una barra de bar, y una sala de televisión en la entreplanta y un comedor en el nivel superior. Los arquitectos aprovecharon la topografía del terreno para crear.